Cuándo consultar a un profesional de la psicología

Probablemente esta pregunta se la han planteado muchas personas cuando han tenido alguna dificultad en su vida, sobre todo cuando después de intentar buscar soluciones por sus propios medios, no han dado resultado y necesitan ayuda para superar una situación. Resulta saludable intentar solucionar las dificultades que a uno se le presentan en la vida, pero también es saludable buscar ayuda cualificada cuando no se consiguen superar las dificultades por uno mismo.

No es necesario acudir al psicólogo simplemente porque tengamos que afrontar situaciones difíciles, dependerá de la manera en que afrontemos dichas dificultades que necesitemos esa ayuda profesional o no.

Intente responder a estas cuestiones para ver con más claridad la necesidad o no de consultar a un psicólogo: 1. ¿Estoy llevando mi vida adelante tal y como yo quiero? 2. ¿Hay situaciones, personas o actividades que evito, y esa evitación me hace desviarme de vivir mi vida como quiero? 3. ¿Dedico excesivo esfuerzo a determinados pensamientos o emociones y eso me distrae de lo que debo hacer cada día?

Llevar la vida tal y como yo quiero. Todos necesitamos una dirección, unos valores o un sentido en nuestra vida. Avanzar en una dirección es algo satisfactorio en sí mismo y que le confiere sentido a nuestro día a día. Sin embargo podemos atravesar  momentos en la vida en que a pesar de tener claro hacia dónde queremos avanzar, comenzamos a actuar de manera incompatible con esa dirección que habíamos elegido, y nos desviamos de nuestros valores y de las metas que nos habíamos fijado. Este modo de actuar es fuente de malestar e insatisfacción en la vida. Si uno no puede corregir esta situación, un psicólogo podría ayudarle. Esta situación se pone de manifiesto cuando nada nos ilusiona, no le vemos sentido al día a día y al esfuerzo cotidiano y a vivir de manera que llevemos las riendas de nuestra vida.

La evitación de situaciones, personas o actividades necesarias. A veces, para dirigirnos hacia donde queremos debemos llevar a cabo diferentes acciones, pero algunas de éstas resultan difíciles. Al resultar difíciles o costosas, es probable que comencemos a evitarlas, con las consecuencias que ello conlleva para nuestro bienestar. Si evitamos actividades, personas o situaciones que forman parte de nuestra vida o que son necesarias para vivir como queremos vivir, sería útil la ayuda de un psicólogo. Esto ocurre cuando nos privamos de viajar o de ir a lugares con mucha gente o de emprender los proyectos que nos gustaría o evitamos a determinadas personas. También ocurre cuando pasamos demasiado tiempo en la calle, o en internet o hablando por teléfono restando tiempo a tareas necesarias.

Dedicar esfuerzos excesivos a controlar los pensamientos y emociones. Si además de dedicar demasiados esfuerzos a manejar lo que pensamos o lo que sentimos, observamos que ésa actividad nos aparta o resta recursos para actuar en la dirección que nos hemos propuesto en la vida, entonces la ayuda de un psicólogo puede ser útil. Esto ocurre cuando pasamos gran parte del tiempo dando vueltas a pensamientos o ideas, a proyectar lo que deberíamos hacer o simplemente a pensar sobre cómo nos sentimos pero sin conseguir los resultados que esperamos, y disminuyendo nuestra actividad útil cotidiana. Estas situaciones se ponen de manifiesto cuando no podemos concentrarnos en el trabajo o en estudio, cuando no podemos dormir, no nos sentimos con confianza, o sentimos miedo o inseguridad o simplemente, no nos encontramos bien en determinadas situaciones que forman parte de nuestra vida cotidiana.

En cualquier caso, ante la duda, siempre podemos hacer una consulta puntual a través de correo electrónico, esta es una ventaja de los servicios de atención psicológica a través de internet.

Esta entrada fue publicada en Sin categoría. Marcar el permalink.

Suscríbete a nuestra newsletter

Recibe información sobre nuestros próximos cursos y actividades.